4ª «Edición de Un Café para Compartir

El voluntariado emeritense salta barreras para adentrarse en los problemas de accesibilidad de personas con discapacidades sensoriales e intelectuales, en lo que ha sido la cuarta edición de “Un café para compartir” convocado por la Plataforma del Voluntariado de Mérida (PVM) con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía de los problemas a los que se enfrentan en su día a día María, Esther, Julián, Maury, Antonio, Javi, Yara, Lali y tantas otras personas como ellas.
María nos trasladó a la Universidad y a una clase inaccesible para personas con deficiencia auditiva; Julián nos enseñó que, pese a estar ciego, cultiva un huerto con la ayuda de Maury, que aunque también tiene deficiencia visual es voluntaria; Yara y Lali nos hablaron de la incomprensión social y Antonio y Javi de sus dificultades para entender los textos no adaptados.Ellas son personas asociadas y voluntarias de la Asociación de Discapacitados Auditivos (ADABA), de la ONCE y Asociación de Familiares y Amigos de Personas con Discapacidad del Centro Ocupacional La Encina (AFADISCOP).
Un encuentro, en el que con  la excusa de un café el voluntariado de Mérida ha reflexionado sobre como  carteles incomprensibles, teatros sin bucle magnético, terrazas o cacas de perro en las aceras por incivismo ciudadano, baches o autobuses mal señalizados se convierten en barreras a la accesibilidad para las personas con discapacidades funcionales.
Un café al que asistieron más de cincuenta personas voluntarias de Mérida, además de la concejala Delegada de Atención a la Discapacidad, Silvia Fernández, y el concejal Delegado de Urbanismo, Rafael España, del Ayuntamiento de Mérida y que estuvo moderado por Javier Segura, voluntario y miembro de la Junta Directiva de la PVM, además de ser el primer contacto público con el voluntariado emeritense de su nueva presidenta, Marisol Pérez Cabrera.
Mensajes para la reflexión, asombro por las experiencias vividas y un convencimiento de que queda mucho por hacer, es parte de la radiografía de un encuentro, en el que Silvia Fernández invitó a las personas con discapacidad a “atreverse a invadir el espacio público” y que continuará con la elaboración de un dossier fotográfico conjunto que se entregará al Ayuntamiento con el objetivo de  que Mérida sea una ciudad más accesible.
El encuentro se ha celebrado en el restaurante Gonzalo Valverde, que cedió sus instalaciones para ayudarnos  a entender, a tocar y a sentir cómo es el día a día de personas con discapacidades sensoriales e intelectuales y de cómo podría ser si la Ley de Accesibilidad se cumpliera.

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